martes, 3 de julio de 2012

El equilibrista del circo mundial, EL PRESIDENTE RUSO


El equilibrista del circo mundial
Autor: Editorial

El hecho que Vladimir Putin aceptó la invitación para venir a Israel con la finalidad de asistir a la inauguración del monumento levantado en Natania en homenaje a los soldados del Ejército Rojo que cayeron en la Segunda Guerra Mundial, cayó de sorpresa y rápidamente se convirtió en una campaña de relaciones públicas de anfitriones y huéspedes.
Putin vino semanas después de las protestas que originó la victoria de su partido en las elecciones donde hubo denuncias de fraudes y demás. En el lado rojo del balance es posible ver su apoyo ciego al dictador de Damasco y la reiterada negativa a exigir la detención del demoníaco proyecto nuclear de Irán. Pasaron unos pocos días desde que se descubrió el envío a Siria de helicópteros rusos de combate que sirven para asesinar a inocentes civiles.
Para los israelíes, particularmente los que nacieron en la ex URSS, Putin es el líder que encarna el sueño de derrotar al comunismo en el que vivieron ellos y sus padres. Es la imagen del pasaje de Rusia al círculo de las naciones democráticas. Esto se reflejó en la presencia masiva de los ministros y diputados de ese origen en la
ceremonia de Natania.
En el lado verde del balance se añade la insistencia de los gobernantes israelíes en hablar de asuntos bilaterales como inversiones y alta tecnología, asumiendo que Rusia con su gran población y una mejora del nivel de vida, puede ser un cliente mucho mejor de lo que ya es para productos israelíes.
Israel aprovechó que los proyectores de la prensa mundial estaban encendidos con toda su potencia enfocando la visita, para decirle al líder lo que piensan sobre las intenciones destructivas del régimen de Teherán y las barbaridades que comete Bashar Assad.
Putin, como experimentado equilibrista del circo mundial, respondió con breves palabras, recordando el destacado papel de los soldados rusos y esquivando los temas escabrosos con frases hechas que no aportan nada nuevo. Coincidió con el presidente Shimon Peres en que la valentía de las fuerzas de su país fue decisiva para derrotar al nazismo y salvar al mundo de una catástrofe peor.
Para las relaciones públicas de Israel, siempre acusadas de ser pobres, fue la oportunidad de convertir un gol y que lo vean en los noticieros internacionales. Para logros verdaderos habrá que esperar la próxima función del circo.

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