PEDIR PERDON A UN COMPANERO DE TRABAJO.
Sé por experiencia propia que reconocer nuestras faltas es difícil, muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de ellas y podemos ofender a alguien, queriendo y sin quererlo, o podemos hacer algo muy malo, pero no reconocemos eso o nos hacemos los locos afectando así a la persona ofendida y a su vez trayéndonos incomodidad dentro de nosotros mismos, pues sabes que si uno no pide perdón y no perdona, se genera dentro de nosotros una raíz de amargura que irá creciendo y se podrá formar un gran árbol de amargura dentro de nuestro corazón que nos impedirá ver la realidad, el futuro,, no nos dejara ver hacia adelante, pero cuando uno reconoce que ha pecado contra otro se siente una carga que se le quita de encima, claro siempre y cuando se le pide perdón, así mismo cuando uno perdona a aquel que nos ha hecho mal, aunque sea un poquito, si estás leyendo esto y dices que nunca has pecado, mira lo que dice 1 de Juan 1, 8-10. “8Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. 9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad. 10Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos á él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Y miren lo que recomienda Santiago para que seamos sanado del árbol de la amargura en el capítulo 5 verso 16. “Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho”