viernes, 18 de marzo de 2011

DEBEMOS ODIAR A LOS JUDIOS?

ODIAR A LOS JUDIOS?
POR EL PASTOR  Ron Riffe

Realmente me molesta cuando escucho o leo comentarios abiertamente antisemitas, especialmente cuando son hechos por cristianos profesantes. Ese tipo de ignorancia es inexcusable porque aquellos quienes son culpables de ello no pueden encontrar ni una pizca de prueba para justificarlo en las Escrituras.
Históricamente, el antisemitismo dentro de la iglesia primitiva salió de la creencia que todos los judíos eran culpables de la crucifixión de Jesucristo. Pero, aunque Dios hace a la nación de Israel responsable corporativamente por haber rechazado al Mesías, ¡individualmente los judíos de hoy son ni más ni menos culpables de ese crimen particular que el resto de nosotros! Todos los humanos nacen como rebeldes espirituales en contra de Dios y la posibilidad de salvación para cualquiera de nosotros—Judíos o Gentiles—hizo necesario el sacrificio vicario de Jesucristo. Por eso los intentos de echarles toda la culpa a los judíos son totalmente injustificados y los cristianos quienes estudian sus Biblias deberían saber mejor que eso:
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1:16
“Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego.” Romanos 2:10
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo?En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Romanos 11:1-5
“Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?” Romanos 11:12
El libro de Apocalipsis dice que el Señor Jesucristo regresará y establecerá Su reino en la tierra y reinará por mil años. La ciudad capital será Jerusalén y las doce tribus de Israel formarán el núcleo de todos aquellos alrededor del mundo quienes están destinados a disfrutar los maravillosos beneficios de vivir bajo una teocracia—la forma de gobierno absolutamente perfecta con la cual el Hijo del Dios reinará como un Soberano amante y benevolente—y en el cual todos que estén reinando con El ( la Iglesia , antes conformada tanto por judíos como gentiles, pero en ese momento estará glorificada y sin tales distinciones humanas) no mostrarán tolerancia hacia los hacedores de maldad. Operando bajo Su mano guiadora ellos “pastorearán” las naciones justamente y rigorosamente (de ahí el símbolo de una “vara de hierro”):
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre” Apocalipsis 2:27
Aún así, el mundo desprecia el solo mencionar que los judíos disfruten tal prominencia y el antisemitismo probablemente está más difundido hoy de lo que jamás había estado—lo que realmente está diciendo algo a la luz de la tanta persecución que han sufrido los judíos ¡Pero lo que muchos no entienden es que comenzó mucho antes de la crucifixión de Cristo! Satanás sabía que el Mesías vendría a través de la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob, y el hizo todo dentro de su poder para destruirlos. Después, mientras Israel prosperó, casi todas las naciones de Canaán trataron de destruirle. Y como 500 años antes del nacimiento de Cristo el libro de Ester registra que mientras ellos permanecieron dispersados a través del mundo conocido bajo el dominio del Imperio Persa, ellos apenas pudieron escapar de una trama para exterminarlos. Así que mientras que el holocausto que ellos sufrieron bajo la Alemania Nazi fue terrible, ¡ciertamente no fue ni el primer—ni será el último—intento de erradicarlos de la faz de la tierra!
Y hablando del término “holocausto,”—usado a menudo para describir “la solución final” instigada por Adolfo Hitler durante la 2da Guerra Mundial— ¿usted sabe realmente lo que significa la palabra? La siguiente definición es tomada de la enciclopedia en-línea Wikipedia:
“El término holocausto originalmente derivado de la palabra griega holókauston, que significa una ofrenda sacrificial ‘completamente (holos) quemada (kaustos)’ a un dios. Su forma Latina (holocaustum) fue usada por primera vez con una referencia específica a una masacre de los judíos en las crónicas de Roger de Howden y Richard de Devizes en los 1190s.”
En el Nuevo Testamento la palabra griega holokautōma es usada como “holocausto” en Marcos 12:33; Heb.10:6 y 8. Pero el aplicar ese simbolismo cristiano sagrado a los hechos horrendos que millones de judíos han sufrido a mano de hombres malvados—aparentemente con la intención de traer a colación el sistema sacrificial que Dios les mandó a observar bajo la Ley de Moisés—es totalmente inapropiado. Todas las ofrendas quemadas, o “holocaustos” en la Biblia estaban claramente intencionados por Dios para ser figura del sacrificio que Su Hijo habría de hacer en la cruz. Y aún tan conmovedoras como verdaderamente fueron los asesinatos de estas personas inocentes, sus muertes no fueron un sacrificio a Jehová Dios como el término “holocausto” pareciese implicar. Sin embargo, por el otro lado, como David Bay ha señalado en muchos artículos, Adolfo Hitler usó la profundamente ocultista “Sociedad Thule” en Alemania para formar el núcleo de su Partido Nazi. Y uno de los principios de tales sociedades ocultistas tipo “Hermandad de la Muerte” es que la muerte de víctimas inocentes habría de servir como ofrendas de sacrificio a Satanás—por lo que desde ese punto de vista malvado y pervertido esos asesinatos en masa eran “holocaustos” para el “dios de este mundo” (2 Cor.4:4), en el sentido de las definición original pagana del término: “una…ofrenda sacrificial a un dios.” (De la definición de Wikipedia citada anteriormente—y por favor fíjese la “d” minúscula en “dios”).
También necesitamos entender que hay una peculiaridad entre los judíos como una raza de personas que contribuye grandemente al antisemitismo. Por razones conocidas solo por Dios, El continúa dándoles a muchos de ellos la habilidad misteriosa de hacer dinero y prosperar—independientemente de la nación o parte del mundo a la cual hayan sido forzados a huir de la persecución. Y con el tiempo se han convertido en algunos de los individuos más poderosos y ricos entre los banqueros y financieros del mundo. Pero esa tremenda riqueza está siendo mal usada por individuos entre ellos que son extremadamente malvados—en algunos casos involucrando a familias enteras que vienen de muchas generaciones—mientras ellos operan imperios financieros que no tienen lealtad ni reconocen frontera alguna. Su insaciable lujuria de poder ha jugado un papel importante en la mayoría (sino todas) las guerras que han sido libradas durante los últimos doscientos años, porque ellos proveen dinero para ambos bandos de los conflictos y luego cosechan ganancias obscenas cuando las infraestructuras nacionales dañadas son reconstruidas. La cuenta en cuanto a miseria humana es incalculable, pero el resultado realmente injusto es que por causa de las malas acciones de unos relativos pocos, todos los judíos sean culpados por el resto del mundo.
Otro aspecto del problema es que hoy más o menos una tercera parte de la población del mundo es musulmana y aunque a menudo ellos luchen entre sí mismos, hay una cosa que los galvaniza en un frente unido y temporalmente ponen a un lado sus diferencias filosóficas—la ideología furiosamente demente que insiste que Israel debe ser “empujado al mar” y dejar de existir como una nación. La fuente de odio ciego que tienen contra Israel (y los Estados Unidos) es claramente sobrenatural y mala hasta lo sumo. Así que, cuando sea que lleguen al punto de pensar que los judíos pueden ser derrotados (después de haber tratado varias veces y ser avergonzados por fracasos colosales) ellos atacarán otra vez. ¡Pero la Biblia dice que ellos están destinados para ser completamente destruidos porque Dios todavía tiene grandes planes para Israel!
Después de aquella conflagración (que muchos comentarios pensaron que era la 3ra Guerra Mundial) algunos de los judíos creerán que finalmente habrán entrado en la edad de oro de la era Mesiánica porque el cristo de la Nuevaerista—el anticristo de la Biblia—aparecerá en escena, realizando milagros intencionados para engañarlos y piensen que el es su Mesías y sin dudas tomar el crédito por su victoria. Esa dramática apariencia será la “manifestación del hombre de pecado” como dice 2 Tes.2:3, que junto con la “apostasía” también mencionada aquí, son los dos prerrequisitos que deben cumplirse antes de que pueda empezar el “Día del Señor”. Pero, ¿hace referencia su cumplimiento necesariamente al Período de la Gran Tribulación? —lo que constituye el comienzo del Día del Señor— ¿comenzará inmediatamente después que se cumplan? Si no es así, podría existir la posibilidad de que pasen pasar varios años antes que el anticristo confirme el pacto por 7 años con Israel (Daniel (9:26-27) —y en ese momento el “reloj” profético de Dios definitivamente comenzará a correr otra vez para marcar el conteo regresivo de la “semana setenta de Daniel” y todos los horrores que esta le traerá a los judíos.
Mientras tanto los financieros Judíos Iluministas sin duda alguna jugarán un papel clave en el reino del anticristo. Es mi entender que en el presente ellos están en la misma cima de la pirámide inconclusa de poder desplegada descaradamente en la parte de atrás de nuestros billetes de un dólar y no se detendrán por nada para asegurar la instalación del “cristo” como su piedra tope de “ojo que todo lo ve”. Después, de que el haya sido establecido como gobernante en todo el mundo ellos obtendrán control sin restricciones sobre todos sus bienes y servicios—algo que ellos por mucho tiempo habían deseado. Siendo minuciosamente secular, el único dios que ellos reconocen es el dinero y el poder que les proporciona. Pero, ¿qué supone usted que es la razón detrás de su manía de “tenerlo todo?” Desde ya tienen más dinero de lo que podrían gastar razonablemente en múltiples vidas, ¿entonces por qué tratar de amontonar más riquezas? En mi opinión es porque los siglos de persecución los han llenado con del deseo de tener el poder sobre y la exacta retribución sobre el “goyim,” o los gentiles a quienes ellos consideran como responsables por su miseria.
Y eso nos trae al tema de sus actividades hacia la mitad del Período de la Tribulación.
Uno de los aspectos más interesantes y ampliamente discutidos del libro de Apocalipsis—aún entre escritores seculares—es encontrado en el capítulo 13 donde se menciona el número de la Bestia. ¿Y no es interesante que en el mismo pasaje (vs.16-18) conteniendo el mismo número, dice que nadie puede “comprar o vender” a menos que tengan la marca de la bestia?” Por supuesto que comprar y vender tiene que ver con el comercio y los financieros apóstatas judíos literalmente “tendrán arrinconado el mercado” y cada individuo y compañía en el mundo ni hará negocios con ellos ni cesará de existir. ¡Su deseo por el monopolio absoluto habrá sido alcanzado y las multitudes del mundo estarán obligadas a arrodillarse ante sus pies!
Ya durante este tiempo creo que muy probable que el monopolio y la prosperidad económica disfrutada por los intereses iluministas dentro de Israel prueben ser los catalizadores que atraerán a aquellos de la Diáspora—los judíos ahora dispersos entre las naciones—de regreso a su tierra patria ancestral. Y ya que el plan maestro de Satanás es matarlos a todos, ¿no va a tener sentido que esta sea la única forma relativamente cómoda por la que los judíos sean persuadidos a una ubicación centralizada donde los esfuerzos para exterminarlos serían mucho más efectivos? Hoy los prospectos para empleos de altos sueldos dentro de Israel están obviamente limitados y el pensamiento de unirse a un kibutz—una comuna agrícola—ciertamente no les resulta atractivo. Además, aquí está el eterno problema con los palestinos y el terrorismo. Por lo que es razonable que solo la “paz y seguridad” (1 Tes.5:3), junto con las visiones de gran riqueza, lo que sea más probable que los atraiga de vuelta.
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” 1 Tesalonicenses 5:1-3
Por supuesto que la Biblia nos dice que Dios va a librar a algunos de Sus escogidos entre ellos y escaparán de los escuadrones de la muerte del anticristo. Ellos sobrevivirán para poblar el Reino Milenario cuando el verdadero Mesías—Jesucristo—regrese a gobernar y reinar. Y aunque todo esto aún necesita cumplirse, necesitamos entender que en todo momento Dios tiene a Su “remanente””—Sus elegidos—entre las gentes de este mundo y que definitivamente incluye a los judíos. Así que, para que un cristiano albergue odio en su mente contra ellos (o a cualquier persona) es incorrecto porque aún los más malvados entre nosotros—judíos o gentiles—somos potenciales recipientes de la gracia de Dios y solo El sabe la identidad de aquellos que serán salvos.
Y si usted ha estado prestando algo de atención recientemente a las noticias, hay titulares que están siendo generados por judíos tales como Bernie Madoff, el hombre que “se hizo” con billones de (de compañeros judíos, junto con muchos otros que fueron embaucados a invertir en su plan falso de inversiones), Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal , actualmente bombeando trillones de dólares de curso forzoso en bancos de “rescate” fundados por judíos, y un sinnúmero de otros quienes están conectados a las instituciones financieras del mundo. ¡Hay naciones aturdidas del espanto y por las sumas impensables de dinero que acaban de desaparecer! ¿A dónde se fue todo? Mi amigo, ¡usted puede apostar hasta su vida misma que la cábala conocida como los Illuminati tiene posesión de esos fondos y la última etapa de su plan de siglos ya paso la tercera base y se dirige hacia el plato!
No obstante, aunque nosotros—los cristianos y no cristianos por igual—aborrecemos tales actos despreciables, y no podemos “meter a todos los judíos en el mismo saco.” La mayoría son ciudadanos decentes y obedientes a la ley y de ninguna forma están involucrados en tales actividades. También hay números ascendentes entre ellos quienes se han vuelto “judíos completos” en que ahora conocen y proclaman a Jesucristo como su Mesías.
Así que, sin importar cuanta maldad sea hecha por algunas manzanas dañadas entre ellos, debemos estar alertas y no permitir que el dios de este mundo nos infecte con el virus diabólico del antisemitismo.
Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.
Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.  

martes, 15 de marzo de 2011

¿Roma Esta De Acuerdo Con Lutero?

¿Roma Esta De Acuerdo Con Lutero?


A partir del Concilio Vaticano II que fue promovido por el Papa Juan XXIII y concluido por el Papa Pablo VI, se ha desarrollado un movimiento religioso conocido con el nombre de Ecumenismo y que tiene como propósito principal el acercamiento entre los diversos grupos del cristianismo. El propósito final es que se llegue a un acercamiento de tal modo que se cumpla el deseo de Cristo en la oración sacerdotal que se encuentra registrado en Juan Cáp. 17 y "que todos seamos uno". Creemos que es una aspiración legítima y moralmente correcta en el sentido de que haya comunión entre todos los que profesamos la fe en Cristo, pero dicha unión sólo es posible si llegamos a, como dice el apóstol Pablo en el libro de los Efesios, la unidad de la fe que es lo mismo decir, la unidad doctrinal.
En el mundo protestante ha habido personeros de indudable influencia que han hecho esfuerzos para que se logre dicha unión, pero la resistencia no se ha hecho esperar, resistencia surgida tanto del mundo protestante como del católico. Y en nuestra opinión, dicha resistencia tiene razón de ser por dos motivos principales: el primero es que las doctrinas católico romanas están basadas muchas de ellas no en las declaraciones del Texto Bíblico, sino en las enseñanzas de la Tradición que para el catolicismo romano tiene igual valor que las declaraciones de la Biblia, posición que el protestantismo conservador rechaza; el otro motivo de tremendo peso es que las declaraciones del catolicismo y que están expresadas en los documentos del Concilio de Trento como reacción a la Reforma que se inició en Alemania en 1517, todos los protestantes que nos oponemos a las enseñanzas católicas estamos bajo la maldición de los papas.
A continuación queremos presentar una breve reflexión sobre las declaraciones de un teólogo católico suizo que ha tenido mucha influencia en todos los círculos cristianos y que la revista holandesa "En La Calle Recta" No. 190 de Octubre del 2004 presenta en la pág. # 5.

Un Teólogo Romano-Católico Que En Muchos Puntos Dio La Razón A Lutero.

Se trata del teólogo suizo Hans Küng. Nació el 19 de marzo de 1928 en Sursee, Suiza, dentro de una familia católica. Estudió Teología en Roma y Paris.
Ya en 1969 fue nombrado profesor de Teología fundamental romano-católico en la Universidad de Tübingen Alemania. Tres años más tarde recibe allí la dirección del Instituto Romano Católico para el ecumenismo. Eran los días del concilio Vaticano II, al que fue llamado por el Papa Juan XXIII. El concilio durante los años 1962-1965 celebró cuatro sesiones.
Precisamente en 1960 escribió Küng su libro "Konzil und Wieder, Wiedervereinigung, Erneuerung als Ruf in die Einheit" (Concilio y Reconciliación, Renovación como llamada a la Unidad). En el concilio Küng estaba como perito. En el concilio Vaticano II, Küng ha tenido una gran influencia, y él ha pensado e incluso esperado que en la iglesia Romana-Católica se daría un cambio fundamental, un rumbo más bíblico.
Pero a pesar de todo: ¡Roma siempre sigue siendo Roma! El Papa Juan XXIII murió durante el Concilio, y sus sucesores es bien conocido que no deseaban ir tan lejos como él.
Las modificaciones que estaban en curso con Juan XXIII fueron frenadas sistemáticamente por la curia.
La infalibilidad del Papa, el estado del celibato obligatorio de los sacerdotes, el culto a María y a los otros santos aún siguen estando en vigor como un bien legítimo de la fe romano-católica. El actual Papa polaco incluso ha avivado el culto a María antes que desalentarlo.
En el concilio Küng eran considerado como un teólogo progresista, pero no radical. En sus libros notamos una cierta influencia de la teología protestante alemana, en especial de Karl Barth. Pero dentro de su iglesia se le consideraba muy radical "medio protestante". En Roma se presentó una querella contra él. Pero se negó ir a Roma para responder. Eso le llevo a que el 18 de diciembre de 1979 se le retiró la autorización eclesiástica para enseñar teología. Desde su actitud ecuménica, Küng no estudió solamente las doctrinas de las iglesias protestantes, sino también la de las iglesias ortodoxas, e incluso prestó atención entre la relación del cristianismo y las otras religiones del mundo. En uno de sus libros habla de todos los grandes pensadores cristianos, como Orígenes, Tomás de Aquino y muchos otros. Y en esa lista está también Martín Lutero, luego según Küng más o menos como un "maestro de la iglesia".
En lo que Küng escribe sobre Lutero notamos una gran generosidad: incluso le llama "el Lutero católico", esta es una definición totalmente distinta de la que encontramos en la bula del Papa León X. Esta bula que se Promulgó el 15 de junio de 1520 con el nombre de: Exsurge Domine (¡levántate Señor!) Aquí al gran reformador se le compara con un puerco montés que ha destrozado la viña del Señor (Salmo 80:13).
Pero Küng va bastante lejos en su positivo aprecio a Lutero. Señala que ya muchos antes, y en muchos había una añoranza de reforma en la iglesia tanto en su cabeza como en sus miembros: las circunstancias lo pedían, como el hecho de que hubiese hasta dos o tres papas que se excomulgaban mutuamente. El celibato obligatorio de los sacerdotes era algo muy difícil para muchos, la población por lo general, supersticiosa, la liturgia era muy superficial y la piedad popular tenía un carácter muy legalista. Por todo esto la cristiandad europea mucho antes de Lutero ya estaba en una profunda crisis.
Pero hasta el tiempo de Lutero los concilios reformistas de Constanza, Basel, Florencia fueron un fracaso. Como escribe es profesor Küng: sólo era necesario un genio religioso que pudiese reunir los deseos y personificarlos.
Lutero fue para eso la persona indicada. De él dice Küng: "Que él ha reunido y forjado las fuerzas positivas que entonces existían, y todos esos movimientos reformistas fracasados lo ha centrado en su genial personalidad de profundo creyente, y sus íntegros motivos expresados por medio de un lenguaje magistral. Sin Martín Lutero no habría Reforma en Alemania". El punto de partida de Lutero para desear una reforma, eso indica, según Küng, no en primer lugar en su deseo de hacer desaparecer la situación eclesiástica, ni la vida de la iglesia y su organización. Pero ese punto de partida radicaba en su crisis vivencial profunda y muy personal vivida. Como monje Lutero, que se consideraba un pecador ante Dios, tuvo que hacerlo todo según las indicaciones y las directrices de la iglesia para tener la seguridad de su salvación personal. El había rezado con fervor las horas del coro, había tomado parte en la misa, ayunado, confesado, había realizado toda clase de duras y difíciles penitencias, pero esa profunda intranquilidad no desaparecía con todo eso. La pregunta de Lutero era: ¿cómo arreglar la situación de nuevo entre un vil pecador como yo y el Dios Santo? ¿Cuándo un pecador está justificado ante Dios y cómo conseguirlo?
La respuesta la ha encontrado Lutero en una liberadora experiencia de fe en la carta de Pablo a los Romanos: el hombre no se puede justificar ante Dios con toda su piedad, sino que es Dios mismo el que justifica al pecador sin merecerlo por Su pura gracia, como Dios misericordioso en y por Cristo.
Por esa nueva comprensión de la justificación y de la vivencia personal, Lutero también llega a otro punto de vista sobre la esencia de la iglesia. Eso implica una crítica radical a la iglesia de su tiempo. Con sus sacramentos, cargos eclesiásticos y tradiciones en la práctica y la doctrina se había apartado del Evangelio. Ese evangelio, en el que Lutero había redescubierto el poder de Dios en su propia vida de la fe. La iglesia en gran mayoría se había vuelto mundana y legalista.
Küng formula una penetrante pregunta: ¿No había roto totalmente Lutero con la tradición católica por su crítica radical? El hace un gran esfuerzo para demostrar que precisamente la manera de ver la fe; Lutero es por excelencia católico, luego en la línea de la buena fe de la una, santa universal o católica iglesia cristiana. Küng señala la continuidad histórica en el pesar y hablar de Lutero, y Para ello nombra tres cosas.
En primer lugar "los mejores elementos de la piedad católica" que Lutero mantuvo a lo largo de toda su crisis, como centro a Cristo crucificado, enseñado por su superior Johan von Staupitz.
En segundo lugar la mística medieval, en lo que eso tenía de bíblico, y ponía el acento en el trato personal del hombre pecador con su Dios, a parte de buscar escrupulosamente sin cesar el realizar "obras buenas" para por ello ser acepto a los ojos de Dios.
Una tercera cosa que para Lutero ha tenido un gran significado fue la teología de Agustín. Por algo era un monje agustino, y por eso un buen conocedor no solo del gran teólogo norteafricano sino también de su lucha personal y espiritual.
Quien lea algo de Agustín, preferentemente en latín, intuye directamente: esta es una piedad esencial y existencial, que es auténticamente cristiana, en la que se abre el Evangelio en toda su amplitud ante la mísera existencia de los pecadores.
Y como cuarto y último elemento de la vieja iglesia católica está la influencia de la teología medieval en el conflicto entre el pelagianismo de la tardía escuela franciscana de Occam por un lado, y la doctrina más bíblica de la gracia del gran dominico, Tomás de Aquino. Por su estudio y reflexión de esa lucha teológica nos encontramos con Lutero en la absoluta soberanía de Dios, de la interpretación de la gracia como don (regalo) y no como remuneración por las buenas obras realizadas, y el aceptar al pecador pura y solamente en virtud de los méritos de Cristo, un aceptar que no es por ningún mérito del hombre.
La clara conclusión de Hans Küng es que para los romanos católicos es totalmente imposible condenar a Lutero.
La tradición católica medieval, así escribe él, tiene muchas coincidencias con la gran "concentración" teológica de Lutero. Y la palabra "concentración" nos pone en la pista del punto en el que los caminos de la Reforma y Roma, también en sus mejores representantes, finalmente se separan.

Küng ha querido decir con "concentración" que no niega que hay importantes elementos de verdad en el modo de ver las cosas Lutero, y por eso en toda la Reforma. Pero hay una "concentración", como una selección de algunos puntos teológicos muy importantes, que en los días de Lutero eran importantísimos. Pero: la doctrina católica es mas amplia que lo que Lutero y sus seguidores enseñaron. Es la verdad pero no toda la verdad. En cierto sentido Küng encuentra las opiniones luteranas "una característica de su tiempo".
Küng señala algunos puntos en los que Lutero tenía razón, es decir en su pensamiento sobre la justificación de un pecador ante Dios, sobre la gracia, y sobre la fe.
Las preguntas sobre la justificación no son según Küng en el aspecto de la teoría abstracta ningún elemento de separación. Pero terminamos con una confidencia final de Hans Küng: "Si, la actual mentalidad síquica pero no espiritual de la dictadura de Roma es de nuevo una afrenta a la reforma y a los buenos principios católicos (el Papa no esta por encima de la Escritura). Pero lo que Lutero quiso conseguir por el Evangelio, en Roma sigue teniendo poca comprensió
Tomado de la primera iglesia bautista de chinameca