sábado, 14 de mayo de 2011

Israel y los palestinos ante la hora cero

Israel y los palestinos ante la hora cero
Autor: Pablo Szerzon, Buenos Aires


















La información, aún extraoficial, del presunto reconocimiento de Palestina por parte del Reino Unido y de Francia, me provocó un verdadero “tsunami” psicológico. Más allá de los febriles enfrentamientos en el seno de la sociedad israelí en pro y en contra del establecimiento del Estado palestino. Mi visión pasa por otras coordenadas. Así como estamos ante tres frentes bélicos con nuestros inconciliables enemigos: Irán, Hizbollah, Hamás. Tres focos centrales a que apunta toda nuestra estrategia tecnológico-militar.
Considero paralelamente otro frente, no menos trascendente.
La extremadamente preocupante proyección del aislamiento político diplomático de Israel en el plano internacional.
Esta real eventualidad es por la cual, de manera precisa y excluyente, hace que abogo de manera irrefrenable, por la prosecución de las negociaciones con los palestinos en aras de la definitiva paz. Disto mucho de considerarme un técnico en la materia, como para abordar la compleja delineación de las respectivas fronteras. No obstante colijo que las mismas traerán aparejadasheroicos desprendimientos.
Creo no exagerar al afirmar que estamos ante la instancia histórica más trascendente



desde la creación de nuestro sagrado Estado de Israel .Hemos sobrevivido miles de años en el exilio. Los presuntos “desprendimientos” que eventualmente se impongan, no guardan la mínima relación ni proporcionalidad con nuestro heroico y trágico pasado Llegó la hora de la paz. Sólo desde esta realidad es factible y genuina la creación del Estado palestino.
No puedo evitar al proseguir, hacerlo en función y en la óptica de la percepción “5a. Dimensión” de mi autoría.
Llegada la paz, con las definitivas fronteras comunes de los dos Estados. Nunca más presiones de ninguna naturaleza sobre Israel.
El mundo árabe y el mundo globalizado deben comprender y aceptar que la irrestricta defensa de nuestro sagrado Estado, es el rechazo por los tiempos de nuestro retorno al exilio o la Diáspora.
Ojalá, utilizo un término españolizado islámico, jamás se dé esa instancia, inmanente del incendio de todo Medio Oriente con alcance mundial. En aras de la sacralitud de la vida de los pueblos, que impere la paz por los tiempos. Amén.
pablosherson@yahoo.com.ar.
tomado de www.auroradigital.com