lunes, 19 de septiembre de 2011

El odio gratuito acecha al pueblo judío
Autor: Rajel Hendler



Dentro de dos semanas llegará nuestro Nuevo Año, Rosh Hashaná, y como es mi costumbre comencé a preparar y organizar material al respecto.
Pensé y reflexioné que -a todas las bendiciones, ruegos y promesas de los Iamim Noraím, de los Días Solemnes, Rosh Hashaná y Iom Kipur y luego la fiesta de Sucot- quiero agregar y rogar porque se borre por completo el concepto y la acción de Sinat Ajim (odio gratuito), que es la que más daño nos produce, haciendo peligrar el futuro de nuestra unidad judía. Es lo que la Halajá llama Sinat Jinam.
Lo destaco y lo recalco porque lo vivencié más de una vez en reuniones en que participé en su momento tanto como docente, educadora y como activista en distintos medios judíos y sionistas.
En una ocasión, era justo cuando se ventilaba en todas partes el tema de “Hishtamtut” (deserción del servicio militar), buscando todos los medios y pretextos para no ir a servir a la patria.
Desde luego, la mayor y la más acerba crítica era contra los religiosos, contra los que estudiaban en las ieshivot. Yo no soy religiosa practicante, no cumplo todas las prescripciones, las mitzvot, pero quiero y respeto al que sí lo hace, al que cree y vive como tal.
En el grupo al que asistí, las expresiones en contra de ellos eran muchas y muy fuertes, muy ofensivas incluso. Pero al máximo llegaron mujeres que se expresaron casi con odio, señalando el hecho de que se reproducen demasiado, con expresiones que yo no me atrevo a repetir.
Pero sí les pregunté: “¿Les molesta que nazcan judíos? ¿Conocéis nuestra situación demográfica?” Ya hubo quienes se encargaron y encargan de reducirnos.
Esto es lo que en nuestra Halajá se llama Sinat Jinam, odio gratuito, odio sin causa objetiva.
¿Qué significa Sinat Jinam? Busqué información.
En la Torá está escrito: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, o sea no odiar a tu hermano en el corazón; por el contrario habla de “Haavat Jinam” (amor gratuito). O sea sin un motivo concreto específico: “Ama a cada hermano por su Dios, por el pueblo de Israel, para acercar la Redención”.
Sinat Jinam, odio gratuito es una acusación colectiva, no a una persona determinada, y así amor gratuito debe ser para todo humano. En todo 9 de Av estudiamos que el mayor peligro que nos acecha es Sinat Jinam.
La causa de la destrucción del Templo
La caída del Reino de Israel en tiempos de la destrucción del Segundo Templo fue consecuencia de ese odio gratuito, de la lucha entre hermanos. Por eso roguemos que se borre para siempre este mal. Y después de este ruego, de esta introducción pasaremos a recibir el Año Nuevo, la cabeza del año como se traduce del hebreo. Rosh Hashaná comienza en el séptimo mes, como
reza la Biblia.
“En el séptimo mes Iom Truá”.
La celebración tampoco se llama jag (fiesta) como Pesaj, Shavuot y Sucot.
No es el Año Nuevo, es la continuación del año, la iniciación de la segunda mitad, hasta la iniciación, hacia la finalización. Significa que ya se acerca el año a su cenit, a su culminación y el hombre debe prepararse y examinar y arreglar su pasado para poder vivir el futuro; es una recapitulación para poder mejorar, para continuar, corregir, dispuesto a comenzar el mes de Tishrei, el séptimo mes.
Esto se logra con teshuvá (retorno), que no significa arrepentimiento solamente, sino regresar, retroceder, “lashuv”, volver al buen camino del cual la persona se desvió por ignorancia, por inconciencia o por error. Haré un pequeño resumen de las celebraciones que se acercan y ojalá traigan para todos sólo buenas noticias.
Rosh Hashaná está antes de Iom Kipur porque se refiere a toda la Creación. Es un concepto colectivo en el sentido humano de kipur, de arrepentimiento. Kipur va dirigido al individuo. Rosh Hashaná es el juicio de la Humanidad toda y kipur se especifica al pueblo judío, de Israel, del hombre judío, que si antes no fue absuelto, podrá serlo en Kipur y así lo confirman las oraciones de cada solemnidad.
En Rosh Hashaná se escribe la sentencia, en Iom Kipur se firma y confirma y en Sucot se resuelve cómo y cuando, como reza Cohelet.
Con el primer sonido, con el toque del Shofar, el Año Nuevo hebreo se convierte en Iom Hadín, en el Día del Juicio y predispone su alma a la oración.
En Sucot leeremos el tercer libro del rey sabio, del rey Salomón, sobre el curso de la vida del hombre: “Todo tiene su tiempo, tiene su hora, tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo de plantar, tiempo de arrancar, tiempo de buscar, tiempo de guardar, tiempo de desechar... tiempo de amar, tiempo de aborrecer, tiempo de guerra, tiempo de paz... qué es lo que fue, lo mismo que ha sido, lo mismo que se ha hecho, lo mismo que se hará...”. Todo tiene su tiempo y todo lo que se pide tiene su hora.
Otros sabios afirman: “El ideal es descubrir y enseñar el arte de vivir bien y guiar al individuo hacia la felicidad y el éxito. ¿Lo conseguiremos? Esta es la incógnita.
Tanto el año gregoriano 2011, como nuestro año hebreo 5771, han sido difíciles y conflictivos como escribí en mi anterior artículo. Días rojos de sangre, con ataques del enemigo; diferencias internas en todos los ámbitos, políticos, sociales, religiosos y laicos; protestas en el centro de Tel Aviv y en la periferia; disconformidad y lamentablemente muy poca confraternidad e unión.
Termino rogando para que “Haavat Ajim”, amor fraternal, sea la consigna. En el Nuevo Año que se acerca, 5772, y por siempre.
Amén.