martes, 8 de febrero de 2011

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Raíces Hebreas en la Iglesia Local

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Raíces Hebreas en la Iglesia Local

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Para estudiar la manera práctica de cómo la iglesia local puede establecer sus raíces hebreas, primero debemos intentar explorar y descifrar la iglesia del primer siglo. Aunque resulta prácticamente imposible restituir el ambiente y estructura exacta de ese tiempo histórico, podemos si hacer que nuestras congregaciones locales compartan las mismas características esenciales de la primera iglesia.
Fundamentalmente, las características de la primera iglesia incluyen: (1) conocer a Dios y a Su Mesías, (2) fe del cuerpo, (3) sólida visión y doctrina bíblicas (4) adoración espiritual y (5) identidad hebrea. No se adoptan raíces hebreas abrazando símbolos externos como usar kipá y talliot, recitar liturgias o entonar melodías judías. Estas cosas pueden encontrar sentido en diversas circunstancias, pero por sí mismas no constituyen “raíz hebrea”. Veamos lo que se debe hacer para la creación de una iglesia local con estas raíces.

La iglesia o congregación local posee la capacidad única de manifestación física del Mesías Jesús en el mundo y, por consiguiente, a ella corresponde abrazar y adoptar correctamente sus “raíces hebreas”.


Es en la congregación local donde debemos centrar nuestra atención. Un individuo puede querer adoptar raíces hebreas hasta el punto de buscar la formalidad de la conversión sin alcanzar ningún objetivo. Por otra parte, debido a su propia naturaleza, una denominación religiosa tampoco puede alcanzar sus raíces hebreas. En efecto, las denominaciones son entidades organizativas compuestas por iglesias locales con expresión distinta en el mundo. Estas organizaciones visibles invariablemente rivalizan con Israel.
La iglesia o congregación local posee la capacidad única de manifestación física del Mesías Jesús en el mundo y, por consiguiente, a ella corresponde abrazar y adoptar correctamente sus “raíces hebreas”.
El término en el idioma griego que traduce iglesia es “Ekklesía” y simplemente significa “uno que ha sido llamado”, agrupación de personas llamadas a participar dentro de una asamblea especial. En el hebreo, la palabra equivalente a “Ekklesía” es “Knéset”. Sabemos que los doce discípulos de Jesús constituyeron la primera iglesia.1 Después de la ascensión del Señor Jesús, el Espíritu Santo vino sobre estos mismos discípulos y otros como ellos para en Jerusalén formar un cuerpo exclusivo y reservado de creyentes por el conocimiento revelado del Mesías. Fueron estos creyentes los que funcionaron como Iglesia. Esta iglesia se localizaba en Jerusalén y era integrada por creyentes de origen judío, operó en medio de la nación de Israel y fue parte de Israel. La primera iglesia poseía raíces hebreas.
Identidad de la Iglesia

Existen dos identidades básicas que una iglesia puede asumir. Una es la tradicional identidad cristiana asumida por la iglesia católica universal. La otra posibilidad que existe es la identidad con Israel.

Cuando se quiere establecer “raíces Hebreas” dentro de la iglesia local lo fundamental es tratar el asunto de la identidad. Existen dos identidades básicas que una iglesia puede asumir. Una es la tradicional identidad cristiana asumida por la iglesia católica universal. En este caso, catolicismo significa universalidad o entidad no-nacional. La otra posibilidad que existe es la identidad con Israel. Estos dos terrenos de identidad se excluyen mutuamente y cada iglesia o congregación debe escoger entre uno u otro.
En el segundo siglo la iglesia de manera deliberada escogió identificarse separadamente de Israel. La iglesia empezó a ser considerada como entidad independiente anclada en el cielo con manifestación plena en el planeta al extenderse por todas las naciones. De allí que sea “católica” o “universal”, es decir, una iglesia no asociada a una nación o pueblo específico y sin relación con Israel.
Desde entonces la iglesia conserva su identidad universal y ha permitido la evolución del cristianismo sin “raíces o identidad hebrea” o religión mundial. A través de las edades, cada iglesia hija o afiliada que aparece en escena comparte la misma identidad católica. En este caso, la Iglesia Bautista por ejemplo, es tan católica como la Iglesia Católica Romana. Hemos visto la puesta en práctica de nuevas celebraciones sustitutivas de las fiestas bíblicas mandatorias, con el fin de continuar la separación y distinción entre la iglesia y el pueblo de Israel. Enseñanzas doctrinales no-escriturales concebidas y desarrolladas por la iglesia universal ensancharon aún más la brecha existente con Israel.

Cada iglesia hija o afiliada que aparece en escena comparte la misma identidad católica. En este caso, la Iglesia Bautista por ejemplo, es tan católica como la Iglesia Católica Romana.


La otra opción o alternativa que se tiene es la identidad Israelí. Esta se adquiere, tal como de cierto lo hizo la primera iglesia, asumiendo una identidad verdaderamente bíblica. El nombre de la iglesia del primer siglo era “El Camino” ,se le reconocía como secta* del judaísmo y consideraba a Israel como hermano mayor y no como enemigo extranjero. Aquí debemos acotar que establecer una identidad con Israel no significa aceptación por parte de Israel. La verdadera identidad hebrea es una cuestión o aspecto de fe y no depende de la aceptación de alguno excepto Dios mismo. Algunos batallan arduamente para ser aceptados por Israel, con todo, el vaso de unción es rara vez reconocido por Israel. Moisés, Jeremías y Jesús son ejemplos notables del fenómeno, nunca lograron aprobación o aceptación en el curso de sus vidas. Motivado al extenso historial de conflictos existentes entre la iglesia y la nación de Israel, resulta sabio caminar en fe y servir solo a Israel. Un genuino amor y santa preocupación e interés traerá como resultado el restablecimiento al menos de la buena voluntad.
Un gran peligro encierra el tema de la identidad y es que a veces, la tendencia del creyente a ser muy “judío” resulta ofensiva a Israel. Otra vez, las raíces hebreas no se alcanzan por el seguimiento, copia o imitación de tradiciones étnicas o costumbres judías, por lo que el creyente debe ser muy cuidadoso en ejercer exclusivamente aquellas cosas establecidas en la Escritura, no asumiendo, demandando o exigiendo nada a Israel. Exceso de tradición judía sin la suficiente sabiduría puede conducir a los creyentes a asumir la incorrecta actitud de creer que son el “verdadero Israel”, lo cual no es sino otra manifestación de la teología del reemplazo. Hoy podemos observar esto mismo en ciertas agrupaciones llamadas “Judío-Mesiánicas”.
Para instituir sus “raíces Hebreas”, la iglesia local no tiene que renunciar a sus lazos y vinculación con el resto de la comunidad cristiana. En cierto grado, muchas congregaciones locales continúan haciendo a Jesús su Señor en términos reales, habiendo una necesaria hermandad que se debe mantener. De existir alguna discrepancia o ruptura, en su búsqueda por encontrar sus “raíces hebreas”, entre la iglesia local y la comunidad cristiana en general, la acción siempre debe ser iniciada por la comunidad mencionada y nunca por la iglesia local.
Resúmen
Todo cuerpo local de creyentes puede iniciar su recorrido para el restablecimiento de sus raíces Hebreas. Los conceptos antes expuestos deben servir de guía, pero la concreción práctica referente a la vida, fe y adoración del cuerpo de creyentes es imprescindible, y aunque no aparecen instantemente dichos aspectos deben ser desarrollados con el tiempo. Los creyentes que con sinceridad busquen tales propósitos e identidad lograrán la bendición de Dios.
1 Mateo 16:17
* NOTA DEL TRADUCTOR: Una secta es una doctrina particular fundada y enseñada por un maestro (Rabino) y seguida y defendida por otros (discípulos)