sábado, 16 de septiembre de 2017

Un buen articulo para meditar:

"Si leemos el famoso capítulo dedicado a la mujer de valor, leemos:
"Fuerza y honor son su vestidura... Engañosa es la gracia y vana es la hermosura; la mujer que reverencia al Eterno, ella será alabada."
(Mishlei / Proverbios 31:25,30)
De lo que se puede aprender tres cosas:
Son las acciones loables las verdaderas vestiduras de una mujer de valor.
Las vestimentas deben proveer de honor, y no ser herramientas de seducción. (Y honor de acuerdo a parámetros establecidos por el marco judaico y no por la moda pasajera impuesta por la sociedad y el consumo)

La gracia corporal y la hermosura son bienes que se pierden, en tanto no estén acompañadas de un alma que reverencia al Eterno.

Para las personas que buscan en el judaísmo machismo, traduzco los tres aprendizajes anteriores:

En el judaísmo clásico:

La mujer no es un objeto de consumo, ni un objeto de deseo, ni un objeto sexual. Es una persona valiosa, de modo similar al varón, en tanto ser humano, y en tanto sus acciones la valoricen.

Por no ser un objeto, no ser un bien de manipulación, la mujer cuenta con el derecho y el deber a la dignidad personal. Si se rebaja a conquistar por medio de la seducción vacía, y no por méritos propios objetivamente valiosos; está perdiendo la oportunidad de dignificar su existencia y de los que la rodean.

La belleza que entra por los sentidos es buena y agradable. La hermosura es un bien preciado. Pero si es sólo la cáscara de un vacío, o peor, de un horno que consume y no construye, entonces la hermosura es nada, o peor.

Las tres enseñanzas se aplican también al varón, pero, ya que las sociedades tienden a manipular como objetos a las mujeres, y ya que su pregunta era sobre féminas, quiero dejar establecido el lugar de jerarquía que la mujer tiene indiscutidamente dentro del judaísmo fiel a sus raíces."

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