viernes, 15 de septiembre de 2017

Me gusto esto que me llego y lo comparto ahora......La carta ayuda al escritor a completar siete tareas de revisión: reconocer a las personas importantes en su vida, recordar momentos significativos, pedir perdón a aquellos a quienes se ha lastimado, perdonar a quienes nos han herido, y decir “gracias”, “te amo” y “adiós”.

Una persona completó la carta y le escribió a su esposa: “Lili, desearía haberte amado más”. Otros escribieron a sus hijos cosas que nunca antes fueron capaces de expresarles. Algunos participantes se disculparon, como un padre que le dijo a su hija: “Lamento no haber estado disponible para ti mientras crecías”. Otros perdonaron a personas tanto por préstamos no devueltos como por insultos del pasado.

También hay un modelo de carta para aquellos que están sanos. La carta no tiene que ser compartida y algunas personas la utilizan como un legado de vida que continúan actualizando a medida que pasa el tiempo. Esta carta me recuerda el trabajo que debemos hacer durante este mes de Elul:

Revisar nuestras vidas y nuestras relaciones:

Perdonar a los demás y pedir perdón.

Reconocer a las perdonas importantes en nuestras vidas y agradecerles.

Pensar en momentos importantes y significativos que nos llevaron hasta donde nos encontramos actualmente.

Tener el coraje de decir: “gracias”.

Tener el coraje de decir: “te amo”.

Y, finalmente, medirnos con algo en lo cual muchos no queremos pensar: el “adiós”. ¿Quién quiere pensar en la muerte cuando está sano? ¿Quién desea aceptar que nuestro tiempo es limitado, que nadie sabe cuánto tiempo más vivirá? Muchos no queremos pensar, mucho menos escribir, cómo nos despediremos de aquellos a quienes amamos.

En muchas formas es demasiado doloroso pensar cómo despedirnos de esta vida, de nuestra oportunidad de efectuar aquí un cambio, de los seres amados que dejaremos atrás. Pero tal vez esta última parte de la carta es el repaso más importante que debemos efectuar sobre nuestras propias vidas. Porque cuando podemos expresar aquello por lo cual deseamos ser recordados, nos recordamos a nosotros mismos para qué estamos viviendo. Cuando aceptamos que un día también nosotros deberemos rendir cuentas por nuestras vidas, no damos por obvias las oportunidades de cada día. Podemos observarnos honestamente, mirar lo que hacemos, en quién nos convertimos y las conexiones que establecimos o no logramos entablar.

Las palabras de una de las personas que completó esta carta siguen resonando en mis oídos: “Desearía haberte amado más”. No puedo imaginar lo doloroso que debe haber sido escribirlo unos días antes de morir. ¿Acaso a veces no deseamos todos lo mismo, haber amado más y criticado menos? ¿Haber seguido nuestros sueños? ¿Haber perdonado y ser perdonados? ¿Haber dicho gracias y haber aprendido a decir adiós?

Una carta de repaso de vida probablemente sea la carta más importante que cualquiera puede llegar a escribir. La parte más difícil es juntar el coraje para empezar a hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario