martes, 18 de octubre de 2011

En qué consiste el Estado palestino?

¿En qué consiste el Estado palestino?
Autor: Robbie Sabel*



Los analistas políticos han escrito que aunque el presidente palestino Abás pronunció, en septiembre de 2011, una virulenta diatriba contra Israel en la ONU; su discurso también contenía un renunciamiento histórico de los reclamos territoriales palestinos más allá de las fronteras del 4 de junio de 1967.
Ciertamente, el presidente Abás afirmó en su discurso que la petición de ingreso a la ONU fue presentada “sobre la base de las fronteras del 4 de junio de 1967, con Al-Quds Al-Sharif como su capital”. Esta estipulación fue reiterada cuando “el raís” palestino agregó: “El objetivo del pueblo palestino es la realización de sus derechos nacionales inalienables en su Estado de Palestina independiente, con Jerusalén Oriental como su capital, en todo el territorio de Cisjordania, incluidos Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza, que Israel ocupó en la Guerra de 1967”.
También hubo un agregado que exigía “el logro de una paz justa y acordada para la solución a la cuestión de los refugiados palestinos, de conformidad con la Resolución 194, como se estipula en la Iniciativa Árabe de Paz”.
A diferencia del discurso, la solicitud real presentada por los palestinos comienza declarando que el pedido de afiliación se basa claramente en dos documentos: “la Resolución 181 de la Asamblea General del 29 de noviembre 1947, y la Declaración de Independencia del Estado de Palestina, del 15 de noviembre de 1988”.
La solicitud de ingreso a la ONU no hace referencia alguna a las líneas de 1967 o a las fronteras del Estado palestino. En una carta dirigida al secretario general de la ONU adjuntada como anexo de la presentación, Abás escribe que “la inmensa mayoría de la comunidad internacional apoya firmemente nuestros derechos inalienables como pueblo, inclusive el Estado, acordando el reconocimiento bilateral del Estado de Palestina sobre la base de las fronteras del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital”. En otras palabras, la carta señala que la comunidad internacional apoya las líneas de 1967, pero de nuevo no hace ninguna declaración en cuanto a lo que los palestinos ven como sus fronteras. Al igual que en el discurso, la carta añade que la solicitud de adhesión palestina “es coherente con los derechos de los refugiados palestinos, de conformidad con el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, entre ellas la Resolución 194”.
Legalmente, los palestinos no están obligados a referirse a lo que consideran que son sus fronteras en su solicitud de adhesión en la ONU. Sin embargo, los dos documentos a los que ellos se refieren en su petición: la Resolución 181 (el Plan de Partición de 1947) y la Declaración de Independencia de Palestina de 1988 no guardan relación con las fronteras de 1967. La Declaración de 1988 fue deliberadamente vaga en referencia a las fronteras, afirmando: “El establecimiento del
Estado de Palestina sobre nuestro territorio palestino, con su capital Jerusalén (Al-Quds Ash-Sharif)”.
El Plan de la ONU de 1947 recomendó la partición de las fronteras que entre otras cosas, otorgaba casi la totalidad de la Galilea y Beer Sheva a un propuesto Estado árabe y excluía a Jerusalén, de ambos Estados árabe y judío. El Plan de Partición de 1947 fue rechazado, en su momento, por los palestinos y por todos los Estados árabes. Es, por lo tanto, una elección desafortunada que estos fueran los únicos dos documentos mencionados en la presentación palestina en las Naciones Unidas, de 2011, un hecho que desafía la creencia común de que los palestinos han renunciado oficialmente a todas los reclamos sobre el territorio previo a junio de 1967. Además, la Declaración de 1988 declara explícitamente que “El Estado de Palestina es un Estado árabe, parte integral e indivisible de la nación árabe”.
Dado este pronunciamiento palestino, cuestiones tales como la negativa categórica de los palestinos a reconocer a Israel como Estado del pueblo judío resultan particularmente patéticas.
El otro tema importante planteado en el pedido de afiliación de un Estado palestino es, además, la demanda de que debe haber una solución al problema de los refugiados árabes “de acuerdo con la Resolución 194 de la Asamblea General”. Esta resolución de la ONU recomendó que “los refugiados que deseen regresar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos deben ser autorizados a hacerlo lo antes posible”. La posición palestina es que el término refugiado se aplica a los descendientes de éstos y que, por lo tanto, hay actualmente unos cinco millones de refugiados palestinos.
Los palestinos han indicado que en realidad no esperan que Israel absorba a cinco millones de árabes palestinos y que están dispuestos a negociar sobre la implementación efectiva.
Sin embargo, continúan exigiendo que Israel acepte el principio de la Resolución 194 de la ONU y negociar sobre esa base. En su solicitud de membresía a la ONU, ellos parecen reforzar este reclamo como una condición inquebrantable.
Aunque en apariencia los palestinos restringen sus demandas territoriales a las fronteras de 1967, un examen detenido del texto sugiere que la solicitud de un Estado palestino en las Naciones Unidas habría sido sobrecargada de condiciones y exigencias que podrían plantear dificultades inmensas a las futuras negociaciones. En su discurso ante la ONU, el presidente Abás mencionó que “las cuestiones de Jerusalén, los refugiados palestinos, los asentamientos, las fronteras, la seguridad y el agua tendrán que ser negociadas”. Estos problemas sólo pueden resolverse a través de discusiones, y la presentación palestina ante la ONU, con sus inquietantes impedimentos, no facilitarán las negociaciones.
*Robbie Sabel es profesor de Derecho Internacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén y fue asesor jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.

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