lunes, 26 de septiembre de 2011

El poder, la fortaleza y la profecía

La riqueza del hombre no es casual
El poder, la fortaleza y la profecía
Autor: Bernardo Gorgun, Honduras



Todo ser que habite sobre la tierra debería saber que su poder, su fortaleza y su riqueza no son una casualidad producto de la astucia y fuerza del individuo. Debe saber que esto no es una casualidad pues en todo está la manipulación divina, la que por diferentes razones o finalidades, el cerebro humano por brillante que sea no es capaz de comprender.
En la parashá Ki Tavó la profecía es clara y se le entrega al pueblo de Israel cientos de años antes que ésta sucediera, y en ella se describe con precisión lo que sucedería al pueblo de Israel en donde habitara al menos un alma judía.
Los que fueron testigos de las maravillas del Santo Bendito Sea desde su liberación hasta la entrega de la Tierra Prometida, temieron y cumplieron los preceptos y por muchos años permaneció el pueblo de Israel con altos y bajos en la tierra que le fuera entregada en la cual fluía la leche y la miel y con abundante variedad de alimentos, mas llegó el momento de hacer cumplir lo escrito y el pueblo de Israel fue expulsado por primera vez hacia Babilonia y ahí no calmó su deseo de retornar a la tierra de nuestros padres. Al final cede y retorna a reconstruir nuestro templo en el Monte Sagrado, en el centro de Jerusalén, ciudad eterna, Ciudad de David, orgullo de Israel, y es por eso que también en la segunda expulsión, los romanos se ensañan con la ciudad y sus habitantes, al punto de no dejar piedra sobre piedra, quedando esta tierra desolada con olor a muerte por doquier, devastada y pobre. Los que se quedaron lloraron a
los que fueron llevados cautivos a Roma, de donde se trasladaron a los diferentes países o naciones de Europa. Y esas duras palabras se cumplen una a una, y el pueblo de Israel donde vivió, no sintió tranquilidad, buscó solución para no ser azotado por las persecuciones, por los odios, por las infamias que terminaban en asesinatos de judíos indefensos sin importar si estos asesinatos eran organizados por los religiosos del lugar o dirigidos y tolerados por los Estados cuando estos dejaron de ser útiles a sus propósitos económicos.
Llegó también el momento en el cual, contra toda razón, el pueblo de Israel retorna a su heredad para reconstruir su tierra y convertir lo que tiene en un faro de ciencia, cultura y prosperidad único en Oriente Medio, rodeado de países que le quieren destruir. Pero tampoco es casualidad que este pequeño país pueda resistir a los embates del terrorismo auspiciado por los vecinos cercanos y aún por los más alejados que no llevan a sus hermanos islámicos un trozo de pan, pero sí le entregan armas de todo calibre para que maten a la población israelita. Sin embargo, la presencia de Israel es el poder de D-s y no del Ejército, la fortaleza de sus habitantes le viene del cielo, la profecía se cumple al pie de la letra e Israel vivirá por siempre a pesar de todos sus enemigos. Como dijera el rey David ``Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros''.
Pero para que esté con nosotros, primero debemos nosotros estar con Él en sus preceptos y llevarlos en nuestra mente grabados como si estuvieran en la blanca piedra que se ordenara al pueblo de Israel escribir una vez que pasara el Jordán.

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