jueves, 23 de septiembre de 2010

Publicado 21/09/2010 OpiniónLa intención es evitar que entendamos la realidadTendremos que elegir entre querer todo y perder todo

Publicado 21/09/2010 OpiniónLa intención es evitar que entendamos la realidadTendremos que elegir entre querer todo y perder todo Autor: Bernardo Ptasevich




Uno se marea ante las declaraciones cambiantes y ajenas a la personalidad o las ideas de quienes las emiten. Quizás la intención sea esa, distraernos y marearnos sin ver lo que sucede en la realidad.

Fidel Castro envía mensajes a Ahmadineyad diciéndole que deje en paz a los judíos y no se queda en esa frase sino que habla del Holocausto, de la persecución del pueblo judío y pide que se comprenda su actitud frente a los peligros de desaparecer del mapa. Para terminar manifiesta que todos critican a los judíos y los culpan de lo que pasa pero que nadie culpa de nada a los musulmanes. Habría que pensar a que se debe esta nueva actitud del dictador cubano, pero sólo unos minutos, porque al día siguiente él mismo dio una interpretación opuesta a sus palabras anteriores.

No creo en sus primeras palabras ni creo que quiera enemistarse con Irán o ponerse de lado de Israel en las discusiones internacionales. Da la sensación que la amenaza musulmana extremista pasó a ser también para él un peligro pero hizo sus ajustes porque a sus amigos islamistas no le gustaron sus afirmaciones. Las declaraciones no cayeron en saco roto.

Hillary Clinton dice que esta es una oportunidad de avanzar en la paz con los palestinos, ya que 57 países reconocen la necesidad de que esto suceda y de que se logre concretar el proyecto de dos Estados para dos pueblos. La mayoría de esos países no han comprendido ni les interesa lo que pueda suceder a Israel. El cambio de posición política obedece a la situación que genera la posibilidad nuclear de Irán y a las ambiciones de dominación que éste tiene sobre el mundo árabe y sobre todos los países de la región.

Es un cambio de opinión estratégico y no es siquiera un mínimo y leve apoyo a la resolución de los problemas de seguridad de Israel. Estados Unidos está muy activo por medio de su Gobierno queriendo avanzar en las negociaciones de paz, con plazos perentorios y mucho apuro. Es cierto que han invertido millones de dólares y también muchísimo tiempo en este tema pero lo que apura los acontecimientos es la proximidad de elecciones y la reducción del apoyo que recibe Obama en las encuestas. Por ello Estados Unidos asume este gran riesgo que de fracasar supondrá un golpe muy fuerte para su Gobierno. Nada dice que esta vez va a producirse la paz, o adelantos en los acuerdos. No hay indicadores que puedan augurar ese resultado. Ninguno de los líderes involucrados representa en forma seria a sus ciudadanos.

Hamás se encarga de publicitar que no reconocerá ninguna paz conseguida por Abás y que nunca va a reconocer a Israel, mucho menos como Estado judío.

Netaniahu quiere más pero puede cada vez menos.

Los partidos religiosos no le permitirán avanzar en las conversaciones si eso significa congelar construcciones futuras en los asentamientos o entregar parte de Jerusalén. La realidad dice que una parte de esta ciudad ya está en manos de los palestinos, aunque gobernada por Israel y con las complicaciones que ello trae aparejado.

El sueño de Jerusalén como capital indivisible del pueblo judío es tan hermoso como irreal e imposible de concretar. Este es uno de los tópicos que hacen imposible un acuerdo de paz. ¿Cuántos palestinos viven en esas zonas de Jerusalén?

¿Cuántos judíos viven allí? La parte árabe de la ciudad tendrá que ser una de las cosas a negociar en un acuerdo aunque nos resulte difícil digerirlo. Así como veo difícil desmantelar Ariel y otros asentamientos grandes y sacar de allí a varias decenas de miles de colonos o familias israelíes se da la misma situación en este caso, ya que sería imposible sacar a todos los habitantes actuales de ese sitio. El conflicto se convertiría aun en algo más terrible e interminable.

En algún momento vamos a tener que elegir entre querer todo y perderlo todo o ceder algo que ya no tenemos y ganar un sitio seguro y digno donde desarrollar nuestras vidas, nuestra fe y nuestras costumbres. Cuando llegue ese momento hay que asegurar todas las garantías de que lo cedido no será utilizado en contra de nuestra gente y nuestro país.

La Unión Europea hace silencio dejando a Estados Unidos hacer el desgaste y viendo cómo se van dando los resultados.

Egipto y Jordania participan en las negociaciones poniendo el único toque diferente a los intentos anteriores y nos indica hasta qué punto Irán representa un peligro también para ellos. Basta escuchar las declaraciones de Abás sobre la intromisión de Ahmadineyad en los asuntos de Gaza para comprobar ya públicamente lo que todos sabíamos pero que los árabes no decían hasta hace pocos días. Se están formando dos grupos definidos. Uno alrededor de los iraníes y otro de quienes temen que sus acciones afecten a sus países.

Estados Unidos lidera este segundo grupo que aparentemente crece a medida que el plan atómico de Irán avanza. El mundo está interconectado no sólo políticamente sino también por los negocios y la formación de estos bloques afectarán muchísimas transacciones, anteriores y futuras, cambiando el mercado mundial en forma inequívoca.

Irán ya no podrá negociar con muchísimos países y Estados Unidos no negociará con países que apoyen al régimen iraní, todo eso sin contar con los embargos y sanciones.

La oposición iraní denuncia la existencia de nuevas plantas de producción de uranio y dice claramente que no son para uso pacífico, lo que dicho desde su propio país es impactante.

Arabia Saudita congeló depósitos iraníes en sus bancos. La situación tiende a tomar una forma mucho menos difusa y más concreta. Pocos pueden mantenerse al margen y no definir su posición porque quedarán sin el pan y sin la torta, no negociarán, venderán o comprarán a ninguno de los grupos. Es inminente una decisión fuerte que detenga la producción nuclear iraní.

Estados Unidos, Israel y otras naciones que tratan de no estar en primera línea, no van a permitir avanzar mucho más este proyecto porque en poco tiempo su efecto destructivo seráirreversible. Hay muchos más motivos para detener al Gobierno de Irán y uno de ellos es tan importante como el de eliminar su posibilidad nuclear.

El Gobierno iraní y las leyes vigentes en ese país violan totalmente los derechos humanos, castigando a quienes se oponen a sus ideas o creencias con latigazos, lapidación y muerte.

De esa forma mantienen atemorizada a la población que de reaccionar u oponerse se verán sometidos a esos castigos. Occidente no puede seguir mirando impasible como seres humanos son violados en sus derechos y su integridad es pisoteada en forma sistemática.

El Gobierno iraní visible y el que manda detrás del escenario es sin lugar a dudas lo peor que le puede pasar a un mundo que de por si está en peligro.

Con o sin bomba atómica son un peligro que hará saltar en pedazos a la humanidad si no hay una firme decisión de detener su marcha, en lo nuclear y en lo humano.

Basta de lapidaciones, no corresponde a los seres humanos sino a bestias.

Basta de juicios falsos a opositores, basta de castigos y penas de muerte por pensar diferente. Basta de burlarse de todos nosotros amparados en una ley religiosa que no puede aplicarse en este siglo ni en este mundo.

Nosotros tenemos que contribuir a parar esa máquina destructiva que nos hace recordar tanto a eso que decimos que no volverá a pasar.

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