viernes, 30 de noviembre de 2012

Quién ganQuién ganó la última guerra entre Israel y Hamás?

Quién ganQuién ganó la última guerra entre Israel y Hamás? Ofir Jacobson, Tel Aviv

Lógicamente, la cuestión de quién venció en una guerra determinada ocupa el pensamiento de la gente. Pero me provocan gracia los que piensan que Hamás ganó el conflicto reciente. Triunfar tiene que implicar algo real, no sólo vanagloriarse para tranquilizarse a uno mismo.
Comencemos por examinar los motivos y los objetivos de cada bando. El objetivo de Hamás era el de poder atacar a Israel todo lo que quisiera, sin represalias significativas. Esta vez, al igual que a finales de 2008, la guerra comenzó porque Hamás intensificó sus ataques sobre Israel a niveles inaceptables (más sobre esta frase en un momento). Lo mismo podría decirse de Hezbollah en 2006.
El objetivo de Israel era obligar a Hamás a disminuir lo máximo posible sus ataques y hacer que esas agresiones sean de lo más ineficaces. Por cierto, que también fue la estrategia que Israel empleó con la OLP. Los intentos de “resolver” el problema de una vez por todas, que van desde la invasión del Líbano en 1982 hasta el proceso de paz de Oslo de 1990, no funcionaron demasiado bien.
Sin embargo, Israel fue capaz de lograr su objetivo más limitado contra Hamás en la campaña de finales de 2008 y principios de 2009, al ganar cuatro años de relativa calma. Con Hezbollah, este objetivo se ha mantenido durante seis años. Esto no es nada despreciable, dada la realidad de la política internacional contemporánea y la situación en el Oriente Medio, que impiden que Israel obtenga una “victoria total”.
Teóricamente, por supuesto, no hay ninguna razón para que el mundo asegure la supervivencia de un régimen terrorista, totalitario, ilegal y de tendencia genocida en la Franja de Gaza. Sin embargo, esta es la realidad. Si la idea de que Israel llevara a cabo una incursión terrestre en la Franja de Gaza ha provocado tanto terror internacional, imagínese la reacción si el Estado judío aplastara por completo a Hamás.
Y para Israel, si derrocara a Hamás tendría que gobernar la Franja de Gaza, reiniciando todo el proceso posterior a1967 y enfrentar allí batallas diarias o entregar el territorio a un tercero. Dado que la Autoridad Palestina no está interesada en un arreglo de este tipo y es incapaz siquiera de hacer un esfuerzo serio para derrocar a Hamás nadie lo va a hacer y nadie tomará el poder allí.
Por lo tanto la supervivencia de Hamás como fuerza gobernante en la Franja de Gaza no fue una victoria obtenida en una guerra que duró poco más de una semana; sino que ha sido, de hecho, garantizada por el orden internacional y regional. ¿Puede Hamás continuar violando el alto el fuego? Por supuesto, porque la única manera de Israel de imponer la tregua es mediante la represalia militar y ahora - como ha sido el caso durante los últimos cinco años - el Estado hebreo tiene que considerar cómo responder sin que sea culpado del rompimiento del alto el fuego. Eso no impedirá que Israel devuelva los golpes con el objetivo de minimizar los ataques de Hamás.
Luego de analizar estos dos factores significativos - que existían de antemano - es todo cuesta abajo para Hamás. Dada la destrucción de su armamento, Hamás es menos capaz de atacar de lo que había sido antes; y a pesar de que todos los líderes del movimiento islamista lo nieguen, la visión de sus colegas muriendo tiene un efecto disuasorio en relación a su osadía.
El nivel de apoyo regional que Hamás recibió durante la reciente guerra fue marcadamente bajo. Los países árabes anti-islamistas querían que Hamás perdiera. Irán aplaudió y envió misiles, lo que es bastante significativo, pero eso no lo lleva muy lejos. El público árabe no hizo demasiado, el régimen sirio está ocupado con la guerra civil, Irak, de hecho, estuvo al margen del conflicto. A pesar de todas las habladurías de boca para afuera, los islamistas chiís de Hezbollah no movieron ni siquiera un dedo para ayudar a los islamistas sunitas de Hamás.
Estos fueron los factores que llevaron al influyente comentarista norteamericano Fareed Zaharia - que no es un amigo de Israel - que tiene en Obama a un oyente, a escribir un artículo en el Washington Post titulado “Israel domina al nuevo Oriente Medio”.
En cuanto a Egipto, a pesar de que el régimen de los Hermanos Musulmanes está a favor de Hamás en un cien por ciento; su política no va a ser dictada por su hermano menor. El gobierno egipcio tiene asuntos más importantes que atender. Está ocupado con consolidar su dictadura y en atrapar casi diez mil millones de dólares en ayuda exterior.
Hamás no consultó a El Cairo sobre la escalada que condujo a esta guerra. Además, Hamás se ha enredado con grupos jihadistas pequeños, que atacan tanto a Egipto como a Israel. Naturalmente, al gobierno de El Cairo no le importa si Israel es el único objetivo, pero reacciona duramente cuando es agredido. Por lo que antes de la
escalada, el gobierno egipcio ya estaba enfurecido con Hamás.
Habrá tiempos futuros en el que El Cairo le dará pleno apoyo a Hamás; pero éste no ha sido uno de ellos. Además, parece que el gobierno egipcio se ha comprometido a tomar medidas enérgicas contra las infiltraciones de armas a lo largo de la frontera entre Egipto y Gaza. Por supuesto, esa promesa podría no ser cumplida - aunque sólo sea por los sobornos pagados a los oficiales militares egipcios por los contrabandistas -, pero el mantenimiento del status quo es difícilmente una victoria para Hamás.
El supuesto gran logro militar de Hamás ha sido el lanzamiento de misiles hacia Tel Aviv y Jerusalén. Sin embargo, esto se logró extrayendo la mayor parte o la totalidad del explosivo de los proyectiles para aumentar el alcance. El sistema Cúpula de Hierro derribó la mayor parte de ellos y poco daño fue hecho.
Hacia el final de la guerra, Hamás se había quedado aparentemente sin misiles (aunque no de cohetes de corto alcance). Perdió una gran parte de sus cuadros y ahora necesita reconstruir parte de su infraestructura y la mayor parte de su arsenal. Israel no tiene ese tipo de problemas. Además, Israel continúa prosperando y avanzando mientras que la Franja de Gaza, en parte gracias a la estrategia de Hamás, sigue estancada.
Por supuesto, Hamás logró aterrorizar e interrumpir la vida normal de un millón de israelíes, en el sur. Esto es un logro pero es algo que Hamás también hizo en 2008-2009, con mayor eficacia, porque no existía una verdadera defensa antimisiles. Todo el mundo sabe que Hamás puede hacerlo.
¿Cuánto avanzó la causa de Hamás de borrar a Israel del mapa?
Hamás no está más cerca de tomar la Cisjordania de lo que había estado antes; en gran parte debido de los esfuerzos de Israel, detrás del escenario. También es de enorme importancia es el hecho de que la guerra no aumentó la legitimidad de Hamás a los ojos de Occidente. Sino todo lo contrario. Mientras que uno puede encontrar un montón de cobertura periodística occidental objetable, ésta fue mucho menos hostil a Israel que en 2006 o en 2008-2009. En parte, se debe al hecho de que el gobierno y los militares israelíes aprendieron finalmente a usar con eficacia los medios de comunicación sociales.
De todos modos, nadie en Occidente está apresurándose a establecer relaciones diplomáticas con Hamás o ayudarlo, más allá de permitir que siga existiendo y, por supuesto, aterrorizando a la población de la Franja de Gaza y enseñando a los niños para que cuando crezcan se conviertan en terroristas. Es una situación desagradable, pero no es susceptible a cambiar a través una acción israelí.
Por lo tanto, Israel ganó la guerra. El problema es que la palabra “ganó” tiene un significado limitado y “ganar” no elimina el problema ni trae la paz a largo plazo. Esto, sin embargo, se debe a la naturaleza de la situación y no a la guerra en sí.
Esta incapacidad de obtener una victoria total es característica de la situación estratégica de Israel por razones totalmente ajenas al Estado hebreo, y algo que prácticamente todo el mundo en el país entiende, aunque no lo comprenden muchos observadores extranjeros. Las grandes victorias de Israel en las guerras de 1967 y 1973 no pusieron fin al conflicto ni detuvieron los intentos de los terroristas de atacar al país. El objetivo es desalentar y hacer más difícil que ellos tengan éxito.
Por ende, los israelíes pueden seguir con sus vidas y el país puede prosperar. Sesenta y cuatro años de esfuerzo han devastado a los enemigos de Israel; pero no los ha llevado ni siquiera un paso más cerca de la posibilidad de borrar al Estado judío del mapa.
El peligro con respecto a la Franja de Gaza es a largo plazo. Mientras que la Hermandad consolida su control sobre Egipto; si un régimen liderado por los Hermanos Musulmanes llega al poder en Siria, podría llegar el día en que Hamás cuente con el apoyo real de dos países árabes poderosos, además de Irán. La situación entonces podría parecerse a cuando Israel enfrentó a los gobiernos nacionalistas árabes en el período 1950-1980.
El objetivo de Israel es, pues, también disuadir incluso al régimen islamista egipcio, llena de odio, y más hostil, de ir demasiado lejos en tratar de poner en práctica el programa genocida de los Hermanos Musulmanes. Su aliento a Hamás no es el problema. La cuestión es cuánto va a ayudar a Hamás y, aún más importante, si algún día luchará junto a él. ¿Ha aumentado esta disuasión durante la última guerra?
Al parecer, sí, y esto es un resultado muy importante. Israel le ha recordado a Egipto su poder, Hamás ha demostrado su patrocinador egipcio que no ha sido un buen jugador para el equipo. Tal vez la mejor manera de decirlo es que Israel ganó la batalla pero la guerra continúa, como, en efecto, lo ha hecho durante todas nuestras vidas.

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