Factores en el intento de prohibir la circuncisión
Autor: Kepa J. Rodriguez, Götingen, Alemania
La sentencia: origen y contextoEl lunes 25 de Junio entró en vigor una sentencia del Tribunal de Justicia de Colonia donde la circuncisión por motivos religiosos de varones menores de edad se considera una lesión corporal provocada. Esto supone la ilegalización de su práctica, donde tanto el profesional que la realice como la familia del niño pueden ser perseguidos legalmente. Los efectos de la sentencia también se extienden a quienes la realicen por otros motivos no médicos, como cuestiones culturales -es practicada también por miembros de la comunidad africana frecuentemente de religión cristiana- u otros motivos como higiene, prevención, estética o costumbres familiares.
La sentencia no debe ser valorada como un hecho aislado. Esta se produce dentro de un contexto que puede explicarla: el hecho de que ningún gobierno alemán ha regulado hasta ahora la práctica de la circuncisión, un problema que se da en casi todo el ámbito europeo. Por ello, cuando los jueces han debido decidir, sólo han podido basarse en precedentes basados en operaciones no necesarias desde un punto de vista médico hechas a menores (como la ablación de clítoris), y los juicios sobre la circuncisión la relacionaron con malos tratos por parte de los padres. Por supuesto se trata de opiniones suyas personales, no necesariamente fundadas en la cultura o científicamente.
Uno de los puntos especialmente polémicos de la sentencia es que además alega que la circuncisión impide al niño poder elegir qué religión desea tener cuando sea adulto debido a la irreversibilidad de la práctica, un argumento que pasa a ser nuevo en el debate sobre circuncisión y que ha sentando jurisprudencia, pese a ser a todas luces falso.
No puede decirse que el problema haya sido que el tribunal haya actuado con perjuicios racistas o antisemitas, pues en este contexto, una sentencia similar debía ocurrir tarde o temprano. El debate público en la dirección de realizar denuncias contra padres y médicos se está dando desde hace al menos dos años. Un “dont tell dont ask” no es practicable, pues cualquier persona o asociación puede poner una denuncia, aunque la persecución no sea oficial o hecha desde la fiscalía.
Tras la sentencia los hospitales, tanto públicos como privados, han dejado de realizar cualquier circuncisión por motivos ajenos a los médicos. En declaraciones del Hospital Judío de Berlín, en la ciudad se realizan unas 1500 circuncisiones religiosas al año, de las cuales 300 se hacen en dicho hospital, unas 120 para judíos y el resto para musulmanes. Al salir la sentencia tuvieron que suspenderse todas las operaciones que estaban ya comprometidas, incluyendo los niños que habían nacido 6 o 7 días antes de la sentencia, sin que pudiera dárseles oficialmente o públicamente ninguna alternativa.
Las respuestas
Las reacciones han sido muy diversas. Al principio la polémica fue caldeada por parte de las asociaciones médicas, que llevan años intentando una prohibición de la circuncisión religiosa y cultural. Algo que llamaba la atención de los comunicados hechos por asociaciones de médicos y urólogos era la fuerte ideologización del tema. En contra lo que se podría esperar, estas asociaciones no aportaron estudios médicos ni científicos en un sentido o en otro que validasen sus opiniones, o sirvieran de ayuda para entender la dimensión médica de la cuestión. Los comunicados se limitaban a validar su posición mediante su estatus profesional, así como a señalar que la circuncisión una vez realizada, tiene carácter definitivo, algo que sin estudios de medicina también se sabe.
Al mismo tiempo las asociaciones médicas llaman la atención sobre el peligro de que la operación pueda realizarse ilegalmente con menos garantías por profesionales sin formación médica.
En la prensa ha habido opiniones muy diversas, tanto en defensa de la sentencia como en su contra desde diversos puntos de vista. Por un lado, algunos comentaristas han defendido la prohibición desde el punto de vista de los derechos del niño. Ciertamente no se han basado en argumentos muy documentados, pues planteaban temas como los problemas que puede acarrear para una vida sexual plena -algo que parece no ser un problema para varios cientos de millones de hombres en el mundo- o incluso apuntando que desde un punto de vista espiritual el hacerla de adulto puede ser más satisfactorio, mostrando un total desconocimiento de la espiritualidad tanto judía - donde el tiempo es una dimensión importante que se manifiesta en el ciclo de la vida - como de la importancia de esta tradición en el mundo musulmán como iniciación a la adolescencia.
En algunos casos se ha transmitido a la vez un mensaje más populista, donde un discurso basado en la libertad de elección del niño en realidad escondía un mensaje
La sentencia no debe ser valorada como un hecho aislado. Esta se produce dentro de un contexto que puede explicarla: el hecho de que ningún gobierno alemán ha regulado hasta ahora la práctica de la circuncisión, un problema que se da en casi todo el ámbito europeo. Por ello, cuando los jueces han debido decidir, sólo han podido basarse en precedentes basados en operaciones no necesarias desde un punto de vista médico hechas a menores (como la ablación de clítoris), y los juicios sobre la circuncisión la relacionaron con malos tratos por parte de los padres. Por supuesto se trata de opiniones suyas personales, no necesariamente fundadas en la cultura o científicamente.
Uno de los puntos especialmente polémicos de la sentencia es que además alega que la circuncisión impide al niño poder elegir qué religión desea tener cuando sea adulto debido a la irreversibilidad de la práctica, un argumento que pasa a ser nuevo en el debate sobre circuncisión y que ha sentando jurisprudencia, pese a ser a todas luces falso.
No puede decirse que el problema haya sido que el tribunal haya actuado con perjuicios racistas o antisemitas, pues en este contexto, una sentencia similar debía ocurrir tarde o temprano. El debate público en la dirección de realizar denuncias contra padres y médicos se está dando desde hace al menos dos años. Un “dont tell dont ask” no es practicable, pues cualquier persona o asociación puede poner una denuncia, aunque la persecución no sea oficial o hecha desde la fiscalía.
Tras la sentencia los hospitales, tanto públicos como privados, han dejado de realizar cualquier circuncisión por motivos ajenos a los médicos. En declaraciones del Hospital Judío de Berlín, en la ciudad se realizan unas 1500 circuncisiones religiosas al año, de las cuales 300 se hacen en dicho hospital, unas 120 para judíos y el resto para musulmanes. Al salir la sentencia tuvieron que suspenderse todas las operaciones que estaban ya comprometidas, incluyendo los niños que habían nacido 6 o 7 días antes de la sentencia, sin que pudiera dárseles oficialmente o públicamente ninguna alternativa.
Las respuestas
Las reacciones han sido muy diversas. Al principio la polémica fue caldeada por parte de las asociaciones médicas, que llevan años intentando una prohibición de la circuncisión religiosa y cultural. Algo que llamaba la atención de los comunicados hechos por asociaciones de médicos y urólogos era la fuerte ideologización del tema. En contra lo que se podría esperar, estas asociaciones no aportaron estudios médicos ni científicos en un sentido o en otro que validasen sus opiniones, o sirvieran de ayuda para entender la dimensión médica de la cuestión. Los comunicados se limitaban a validar su posición mediante su estatus profesional, así como a señalar que la circuncisión una vez realizada, tiene carácter definitivo, algo que sin estudios de medicina también se sabe.
Al mismo tiempo las asociaciones médicas llaman la atención sobre el peligro de que la operación pueda realizarse ilegalmente con menos garantías por profesionales sin formación médica.
En la prensa ha habido opiniones muy diversas, tanto en defensa de la sentencia como en su contra desde diversos puntos de vista. Por un lado, algunos comentaristas han defendido la prohibición desde el punto de vista de los derechos del niño. Ciertamente no se han basado en argumentos muy documentados, pues planteaban temas como los problemas que puede acarrear para una vida sexual plena -algo que parece no ser un problema para varios cientos de millones de hombres en el mundo- o incluso apuntando que desde un punto de vista espiritual el hacerla de adulto puede ser más satisfactorio, mostrando un total desconocimiento de la espiritualidad tanto judía - donde el tiempo es una dimensión importante que se manifiesta en el ciclo de la vida - como de la importancia de esta tradición en el mundo musulmán como iniciación a la adolescencia.
En algunos casos se ha transmitido a la vez un mensaje más populista, donde un discurso basado en la libertad de elección del niño en realidad escondía un mensaje
en contra de que las minorías vivan de forma diferente al resto. No es la primera vez desde luego que tras la fachada de una defensa de las libertades individuales se esconde una ideología de corte comunitarista.
El mensaje también ha calado en la opinión pública alemana, que en más del 60% apoya la prohibición de la circuncisión religiosa.
Las diversas comunidades religiosas han reaccionado rápidamente, tanto las organizaciones judías y musulmanas, como las diversas iglesias cristianas que se han solidarizado con ellas. También el relator especial de Naciones Unidas sobre la libertad de religión o de creencias, Heiner Bielefeldt ha criticado duramente la sentencia, alegando que esta contiene “afirmaciones absurdas” y descalificó los argumentos del tribunal para prohibir la práctica.
Entre los afectados, el Consejo Central de los Musulmanes ha exigido una ley que regule urgentemente la práctica de la circuncisión para solucionar el tema, y ha anunciado que va a acudir al tribunal constitucional para que revoque la sentencia, pese a ser una vía que puede ser muy larga. Por otra parte, el Consejo Central de los Judíos en Alemania, donde se organizan judíos tanto ortodoxos como reformistas, tradicionales y algunos grupos seculares ha manifestado unánimemente que no están dispuestos a hacer concesiones o negociar sobre el tema, pasando la pelota al tejado del Estado alemán que deberá decir claramente si en Alemania es posible una vida judía o no. Esta pregunta es especialmente relevante, pues por unas negociaciones entre el Estado alemán y el Consejo Central de los Judíos se permitió la entrada de judíos provenientes de la antigua Unión Soviética con la intención de que en Alemania se restablezca una vida judía tras la Shoá. Si esta prohibición va adelante, el Estado alemán no habrá cumplido con los compromisos adquiridos.
Reacciones políticas
En la escena política, los movimientos hasta ahora han sido más bien cautelosos. Sólo ha habido declaraciones sobre el tema por parte de dos partidos, los Verdes (encabezados por Cem Özdemir) y los liberales del FDP (de Serkan Tören y Guido Westerwelle). Ambos partidos se han opuesto a la sentencia y abogan por una regulación legal que haga posible la práctica de la circuncisión religiosa. En el caso de los verdes se da además importancia a que las comunidades interesadas formen parte del proceso de elaboración de la ley, que debe hacerse en consenso con ellas. El Secretario General de los verdes Özdemir, que se define como un musulmán secular, ha ido más lejos en sus declaraciones, apuntando a que el Islam necesita reformas urgentes, pero que no es precisamente la circuncisión de jóvenes un problema real.
Más cauteloso ha sido el grupo parlamentario conjunto formado por la CDU (Unión Democristiana) y la derechista CSU de Baviera, que aunque más tímidamente, se muestra crítica con la sentencia, mostrando su comprensión ante ciudadanos y residentes alemanes judíos y musulmanes. Aunque es pronto para decirlo, esto es algo que abre la puerta a una posible regulación tras el verano, pero no deja de ser una interpretación personal.
En la escena política fuera de los partidos también ha habido cierto movimiento. Por un lado, sectores antifascistas y de izquierda radical autónoma han contextualizado la sentencia en un marco de antisemitismo y racismo estructural de la sociedad alemana. Algunos de estos grupos apuntan a que, sin una vida judía plena en Alemania, no puede hablarse de una liberación real del nacionalsocialismo.
Otra nota curiosa la dan algunos grupos situados en la extrema derecha, que últimamente intentan encabezar la solidaridad con Israel por encima de las comunidades judías, o de organizaciones sionistas, o de la opinión del propio Estado de Israel sobre diversos temas. Los medios de comunicación de estos grupos, cuya referencia es el político derechista alemán Geert Wilders, han manifestado su alegría por esta sentencia, así como el apoyo a la prohibición de la circuncisión religiosa. Nuevamente dejan claro que su presunto apoyo a las comunidades judías o a Israel no es más que una fachada para extender su mensaje racista y contra todo tipo de emigración a Europa, incluyendo -visto sus propuestas- la de los propios ex-ciudadanos de la antigua unión soviética que han reconstruido las comunidades judías en Alemania.
En este momento es difícil ver como van a evolucionar las cosas en las próximas semanas. Si bien algunas señales en el mundo político indican que puede haber una salida a plazo no muy largo, otras como las contradictorias declaraciones de miembros del partido socialdemócrata, la falta de movimiento de los democristianos fuera de la declaración de su grupo parlamentario, así como presiones desde diversos sectores pueden hacer que un cambio de situación antes de las vacaciones de verano sea difícil. Y no olvidemos que debido a la categorización del delito, si una familia realiza la circuncisión fuera del país, esto puede incluso ser un agravante.
El mensaje también ha calado en la opinión pública alemana, que en más del 60% apoya la prohibición de la circuncisión religiosa.
Las diversas comunidades religiosas han reaccionado rápidamente, tanto las organizaciones judías y musulmanas, como las diversas iglesias cristianas que se han solidarizado con ellas. También el relator especial de Naciones Unidas sobre la libertad de religión o de creencias, Heiner Bielefeldt ha criticado duramente la sentencia, alegando que esta contiene “afirmaciones absurdas” y descalificó los argumentos del tribunal para prohibir la práctica.
Entre los afectados, el Consejo Central de los Musulmanes ha exigido una ley que regule urgentemente la práctica de la circuncisión para solucionar el tema, y ha anunciado que va a acudir al tribunal constitucional para que revoque la sentencia, pese a ser una vía que puede ser muy larga. Por otra parte, el Consejo Central de los Judíos en Alemania, donde se organizan judíos tanto ortodoxos como reformistas, tradicionales y algunos grupos seculares ha manifestado unánimemente que no están dispuestos a hacer concesiones o negociar sobre el tema, pasando la pelota al tejado del Estado alemán que deberá decir claramente si en Alemania es posible una vida judía o no. Esta pregunta es especialmente relevante, pues por unas negociaciones entre el Estado alemán y el Consejo Central de los Judíos se permitió la entrada de judíos provenientes de la antigua Unión Soviética con la intención de que en Alemania se restablezca una vida judía tras la Shoá. Si esta prohibición va adelante, el Estado alemán no habrá cumplido con los compromisos adquiridos.
Reacciones políticas
En la escena política, los movimientos hasta ahora han sido más bien cautelosos. Sólo ha habido declaraciones sobre el tema por parte de dos partidos, los Verdes (encabezados por Cem Özdemir) y los liberales del FDP (de Serkan Tören y Guido Westerwelle). Ambos partidos se han opuesto a la sentencia y abogan por una regulación legal que haga posible la práctica de la circuncisión religiosa. En el caso de los verdes se da además importancia a que las comunidades interesadas formen parte del proceso de elaboración de la ley, que debe hacerse en consenso con ellas. El Secretario General de los verdes Özdemir, que se define como un musulmán secular, ha ido más lejos en sus declaraciones, apuntando a que el Islam necesita reformas urgentes, pero que no es precisamente la circuncisión de jóvenes un problema real.
Más cauteloso ha sido el grupo parlamentario conjunto formado por la CDU (Unión Democristiana) y la derechista CSU de Baviera, que aunque más tímidamente, se muestra crítica con la sentencia, mostrando su comprensión ante ciudadanos y residentes alemanes judíos y musulmanes. Aunque es pronto para decirlo, esto es algo que abre la puerta a una posible regulación tras el verano, pero no deja de ser una interpretación personal.
En la escena política fuera de los partidos también ha habido cierto movimiento. Por un lado, sectores antifascistas y de izquierda radical autónoma han contextualizado la sentencia en un marco de antisemitismo y racismo estructural de la sociedad alemana. Algunos de estos grupos apuntan a que, sin una vida judía plena en Alemania, no puede hablarse de una liberación real del nacionalsocialismo.
Otra nota curiosa la dan algunos grupos situados en la extrema derecha, que últimamente intentan encabezar la solidaridad con Israel por encima de las comunidades judías, o de organizaciones sionistas, o de la opinión del propio Estado de Israel sobre diversos temas. Los medios de comunicación de estos grupos, cuya referencia es el político derechista alemán Geert Wilders, han manifestado su alegría por esta sentencia, así como el apoyo a la prohibición de la circuncisión religiosa. Nuevamente dejan claro que su presunto apoyo a las comunidades judías o a Israel no es más que una fachada para extender su mensaje racista y contra todo tipo de emigración a Europa, incluyendo -visto sus propuestas- la de los propios ex-ciudadanos de la antigua unión soviética que han reconstruido las comunidades judías en Alemania.
En este momento es difícil ver como van a evolucionar las cosas en las próximas semanas. Si bien algunas señales en el mundo político indican que puede haber una salida a plazo no muy largo, otras como las contradictorias declaraciones de miembros del partido socialdemócrata, la falta de movimiento de los democristianos fuera de la declaración de su grupo parlamentario, así como presiones desde diversos sectores pueden hacer que un cambio de situación antes de las vacaciones de verano sea difícil. Y no olvidemos que debido a la categorización del delito, si una familia realiza la circuncisión fuera del país, esto puede incluso ser un agravante.
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