"Cuando somos insultados, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; cuando somos difamados, procuramos ser amistosos."
1 Corintios 4:12-13
Cuando cometen una injusticia contra ti y tu buen nombre es manchado, entonces tienes, en Jesucristo, una oportunidad de tornarte y permanecer manso y humilde y no dar ninguna respuesta. ¡El te quiere guardar en completa paz! Confía en El en vez de pelear, debatir y argumentar. No es necesaria ni una sola palabra de tu parte.
Pero también lo contrario es verdad: Jesús ordena: "No juzguéis." Esto quiere decir no juzgues ni condenes a nadie a quien no hayas escuchado personalmente. Una palabra áspera, una calumnia indirecta o sólo un mal pensamiento o mirada perjudica la deliciosa tranquilidad del alma. "Estad quietos y reconoced que yo soy Dios", dice el Señor.
Otro pasaje bíblico nos exhorta: "En las muchas palabras no falta pecado." Entrega a El el dominio y, entonces, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús. Mientras tu corazón esté socegado, serás bendecido y reconfortado por El.
Cuando la vieja intranquilidad quiera brotar nuevamente, debido a todo lo negativo y falso que se ha dicho sobre ti, y a todas las injusticias que se te han cometido en contra tuya, entonces descansa en esta promesa del Señor: "El hará."
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